Navegamos para cruzar fronteras

miércoles, 4 de julio de 2012

Una experiencia itinerante de ARTE; CUERPO interculturalidad y espiritualidad

por Hildy Quintanilla
Mashara Teatro intercultural

Mashara Teatro Intercultural es una experiencia creadora que nace de preguntas, de soledades y, por supuesto, de encuentros. Afirmar que somos artistas es una declaración arriesgada, como lo es todo peregrinaje que se mueve desinstalándose permanentemente.

Mashara descubrió un día que no bastaba dar talleres buenísimos y ayudar a otros a crear, sino que debíamos responder generosamente al llamado del TEATRO, nos tocaba entrar a escena y nos asaltaron preguntas como ¿Con quiénes actuar? ¿Qué llevar a escena? Felizmente  la cabeza se silenció y pudimos mirar lo realmente importante y redescubrimos nuestro espacio de 6m. x 4m., un territorio donde se desplegaron nuestros cuerpos impregnados de deseos, donde buscar resulta insuficiente porque todos nos tendemos trampas para aferrarnos a seguridades. Luego de ese silencio primero del que no sabe por dónde empezar llegó el movimiento permitiendo el  brote de lo verdadero.

De la huella al símbolo
Trabajando con constancia empezamos a experimentar revelaciones,  entiéndase esto como hallazgos que fueron acompañándose de nombres  que, cual flores viajeras del tiempo, empezaron a habitar nuestra sala de Elio. Nombres de viejas maestras y maestros que nos antecedieron, que vienen del teatro y de muchos otras experiencias y tiempos, que nos recuerdan que somos continuadoras de antiguos caminantes. Es tan importante reconocer que no somos el centro de lo que moviliza nuestras obras o talleres, porque cuanto más encontramos más podemos perder la actitud de reverencia, ahí es cuando necesitamos doblar nuestra espalda y ser agradecidas, porque el arte es bendición pero también “maldición”, por ser terriblemente trabajoso como místico.

Somos actores que hacemos teatro de y desde los cuerpos, un cuerpo que no es tuyo o mío, es NUESTRO y en consecuencia es revelación y develación de pertenencia, y cuando decimos cuerpo estamos yendo más allá de lo se denomina dimensión corporal, afirmamos CUERPO como espiritualidad encarnada.
En el itinerario por encontrar nuestra manera de actuar, la huella del pasado se trasformó en símbolo y fue constituyendo novedosamente la dramaturgia de Mashara.  

En el 2009 encontramos a la Red Magdalena Projet, mujeres con quienes crear y consultar, esta vez fueron más que nombres, fueron mundos con sus conflictos, los que empezamos a reconocer; las realidades de inmigración, de ilegales, de sin nombres, de indígenas, de mujeres, de desaparecidos, y también de soñadores entraron hasta tomar la dirección de nuestro trabajo.  Exploramos el CUERPO para atender las resonancias y transformar la anécdota en una dramaturgia que nos permita mirar el horizonte más allá de lo humano, y nos ponga junto a otros seres con quienes somos vida. Nuestra experiencia se hace posible gracias a la solidaridad de tantos compañeros y compañeros con quienes formamos equipos interculturales e interdisciplinarios para crear. Venezuela, Argentina, España, México, Francia, Chile y Perú  son orillas contrastantes desde donde tejemos nuestros montajes.

Compartimos este proceso porque necesitamos cuidar con  otros y otras lo que mueve nuestra teatralidad  y pedagogía.

Nuestra propuesta responde al teatro, crear es nuestra prioridad y ella nutre nuestros talleres con los que intentamos vivir y producir. Ante la urgencia de la sobrevivencia del artista y de las necesidades por las relaciones injustas y excluyentes se hace necesario no perdernos en el activismo ni en el marketing. El arte necesita de tiempo y generosidad, todo lo contrario a las leyes del mercado y a las fórmulas de hacer espectáculos.

Nuestros vínculos con jóvenes de la pastoral en Jaén, con las madres y familiares de desaparecidos en Ayacucho, con bailarines, escritores, poetas, actores, titiriteros, con religiosas y religiosos en CONFER son uno: Todos somos creadores, público, actores, facilitadores y participantes.  

Finalmente, asumimos el ARTE navegando entre el deseo y lo posible. Ahora que en nuestro país se habla de desarrollo, recordar que en tiempos de apogeo el ARTE no necesariamente se despliega, porque como Dios, el ArteDIOS como decimos en Mashara, es esa niña inquieta de pelos largos que siempre se esconde y se  escapa de nuestras planificaciones y buenas intenciones. Tendremos espectáculos y programas culturales para el desarrollo pero sólo sabremos si  estos son arte si permiten a las gentes ir por dónde la razón se extravía, porque sólo arriesgando y en resonancia con las memorias de  los invisibilizados cuidaremos el fuego transformador de la vocación-creación.
Experiencia AJUTAP, en la Universidad del Zulia Maracaibo-Venezuela mayo 2012
foto: mashara teatro

Artículo publicado en la revista  INTERCAMBIO no. 20 , julio 2012.-Sector Social de la Compáñía de Jesús-Perú.

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